Letras:Joaquin Sabina. Dos Horas Después.
La tarde consumio su luego fatuo
sin carne, sin pecado, sin quizas,
la noche se agavilla como un ave
a punto de emigrar.
Y el mundo es un hervor de caracolas
ayunas de pimienta, risa y sal,
y el sol es una lagrima en un ojo
que no sabe llorar.
Tu espalda es el ocaso de septiembre,
un mapa sin reves ni marcha atras,
una gota de orujo acostumbrada
al desden de la mar.
Y al cabo el calendario y sus ujieres
disecando el oficio de sonar
y la espuela en la tasca de la esquina
y el vicio de olvidar.
Por el renglon del corazon
cada manana descarrila un tren.
Y al terminar vuelta a empezar
dos horas despues de amanecer.
Tiene la vida un languido argumento
que no se acaba nunca de aprender,
sabe a licor y a luna despeinada
que no quita la sed.
La noche ha consumido sus botellas
Dejandose un jiron en la pared.
Han pasado los dias como hojas
de libros sin leer.
Dos horas despues de amanecer.
sin carne, sin pecado, sin quizas,
la noche se agavilla como un ave
a punto de emigrar.
Y el mundo es un hervor de caracolas
ayunas de pimienta, risa y sal,
y el sol es una lagrima en un ojo
que no sabe llorar.
Tu espalda es el ocaso de septiembre,
un mapa sin reves ni marcha atras,
una gota de orujo acostumbrada
al desden de la mar.
Y al cabo el calendario y sus ujieres
disecando el oficio de sonar
y la espuela en la tasca de la esquina
y el vicio de olvidar.
Por el renglon del corazon
cada manana descarrila un tren.
Y al terminar vuelta a empezar
dos horas despues de amanecer.
Tiene la vida un languido argumento
que no se acaba nunca de aprender,
sabe a licor y a luna despeinada
que no quita la sed.
La noche ha consumido sus botellas
Dejandose un jiron en la pared.
Han pasado los dias como hojas
de libros sin leer.
Dos horas despues de amanecer.
Joaquin Sabina
Joaquin Sabina
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